Lo de hoy es una receta de improvisación. Hacía tiempo que no comíamos quinoa, me apetecía ensalada, abrí la nevera y cogí lo que me parecía que iba a irle bien a la quinoa.
No pongo cantidades porque eso ya va a gusto del consumidor.
El trapito de las sardinas tan monísimo, traído directamente desde Portugal, es un regalo que le hizo Ana (amiga de mi hija Alicia y amiga de este blog) a mi hija. ¡La foto ha quedado de lo más colorida!
Ingredientes:
- Quinoa cocida.
- Ensalada (En este caso iceberg. Poned la que queráis).
- Peras.
- Queso Parmesano.
- Salmón ahumado.
- Frutos rojos (los congelados de Hacendado).
- Nueces.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Vinagre.
- Sal.
Elaboración:
- Cortamos en tiras finas la ensalada y la ponemos en la base del plato
- Colocaremos la quinoa encima.
- Cortamos las peras en láminas finas.
- Hacemos lascas finas con el parmesano.
- Disponemos las peras, el parmesano, los frutos rojos, las nueces y el salmón por encima de la quinoa y aliñamos.
Un libro:
Hay libros que se han vuelto a poner de moda con la pandemia, entre ellos este que os voy a proponer. Para hacer juego con el trapito de origen portugués que he usado para la fotografía traigo una novela del portugués José Saramago.
El "Ensayo sobre la ceguera" se publicó en 1995. En esta novela observamos cómo la epidemia hace aflorar lo peor de los seres humanos. El egoísmo, la avaricia, la crueldad...cualquier cosa vale para subsistir.
En nuestra propia epidemia también vemos lo peor de la gente. Que estemos como estamos en los hospitales y muchas personas sigan negando la realidad, no lo entiendo, la verdad. Ya veréis lo bien que nos lo vamos a pasar después del puente y no te digo ya después de las navidades. Pero oye, no pasa nada, el muerto al hoyo y el vivo al bollo.
"Un comentarista de la televisión tuvo el acierto de dar con la metáfora justa cuando comparó la epidemia, o lo que fuese, con una flecha lanzada hacia arriba, y que, tras alcanzar el punto más alto en su ascenso, se detiene un momento, como suspendida en el aire, y empieza luego a describir la obligada curva de caída, que, si Dios quiere, y con esta invocación regresaba el comentarista a la trivialidad de las expresiones humanas y a la epidemia propiamente dicha, la gravedad tratará de acelerar hasta que desaparezca la terrible pesadilla que nos atormenta, media docena de palabras éstas que se repetían constantemente en los distintos medios de comunicación, que acababan siempre por formular el piadoso voto de que los infelices ciegos recuperen en breve la visión perdida, prometiendoles, entretanto, la solidaridad de todo el cuerpo social organizado, tanto el oficial como el privado. En un pasado remoto, razones y metáforas semejantes eran traducidas por el impertérrito optimismo de la gente común en dicterios como éste, No hay bien que siempre dure, ni mal que no se ature, o, en versión literaria, Del mismo modo que no hay bien que dure siempre, tampoco hay mal que siempre dure, máximas supremas de quien tuvo tiempo para aprender con los golpes de la vida y de la fortuna, y que trasladadas a tierra de ciegos, deberían leerse como sigue, Ayer veíamos, hoy no vemos, mañana veremos, con una ligera entonación interrogativa en el tercio final de la frase, como si la prudencia, en el último instante, hubiera decidido, por si acaso, añadir la reticencia de una duda a la esperanzadora conclusión.Desgraciadamente, pronto se demostró la inanidad de tales votos, las expectativas del Gobierno y las previsiones de la comunidad científica se las llevó el agua. La ceguera iba extendiéndose, no como una marea repentina que lo inundara todo y todo lo arrastrara, sino como una infiltración insidiosa de mil y in bulliciosos arroyuelos que, tras empapar lentamente la tierra, súbitamente la anegan por completo.
Una canción:
Y la canción de hoy está relacionada con la ceguera. De ceguera, ciego, ciego en inglés es blid, y el grupo elegido se llaman Blind Pilot.
Blind Pilot son un grupo indie folk de Oregón. Debutaron en 2008 con un álbum titulado "3 Rounds and a Sound" y he elegido la canción que da nombre al título al disco para la entrada de hoy.
Una canción muy blandica y bonita para terminar esta semana tan fea que he tenido.