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jueves, 13 de agosto de 2015

Tiramisú de crema de avellana

Una receta muy sencilla y sin necesidad de encender el horno, ideal para el verano.

Se trata de una variación sobre el clásico Tiramisú. Se la vi hacer a Nicola Poltronieri en Canal Cocina.  He cambiado algo los ingredientes, pero muy poco.

La crema, sin el bizcocho, sabe a bombón de avellana. Tiene la textura de una mousse así que si la presentáis en unas copas, quedará muy bien.

Queda mejor si dejáis el postre hecho de un día para otro. Sabe más a Tiramisú porque sube el sabor del café y los bizcochos están más blandos,


Ingredientes:

  • 250 de queso mascarpone.
  • 3 huevos medianos.
  • 100 g de crema de avellana a temperatura ambiente.
  • Bizcochos de soletilla (los que más os gusten).
  • 4 cucharadas de azúcar glass.
  • Unos 200 ml de café.
  • 2 cucharadas de azúcar normal para endulzar el café.

Para decorar:

  • Un puñado de avellanas tostadas.
  • Una tableta de chocolate negro.
Elaboración:
  1. Prepararemos café de cafetera y disolveremos el azúcar normal en él. Dejaremos que se temple un poco.
  2. Iremos mojando los bizcochos en el café y los dispondremos sobre la fuente en la que queramos presentar el dulce. Cubriremos completamente el fondo de la fuente. Según los bizcochos que uséis, tendréis que dejar que se empapen durante más segundos.
  3. Separamos las claras de las yemas.
  4. Batimos las yemas con la mitad del azúcar glass y les incorporamos el mascarpone y luego la crema de avellanas.
  5. Montamos las claras a punto de nieve fuerte con la otra mitad del azúcar glass.
  6. Incorporaremos con movimientos envolventes las claras montadas a la crema que hemos hecho con las yemas.
  7. Colocaremos la crema sobre los bizcochos que hemos mojado en el café cubriéndolos por completo.
  8. Introduciremos el dulce en la nevera hasta que se enfríe.
  9. Picaremos las avellanas y rallaremos el chocolate formando virutas, Decoraremos la superficie del dulce con estos dos ingredientes.
  10. Dejaremos reposar la preparación al menos 4 horas. Está mejor dejarla de un día para otro. 




Un libro:
El Tiramisú es el  dulce italiano por excelencia..."El desierto de los tártaros" de Dino Buzzati es el último libro de autor italiano que he leído. Se trata de una novela alegórica que, entre otras múltiples interpretaciones, habla sobre la fugacidad del tiempo y sobre el sentido de la vida. Parte de ese fluir tan rápido del tiempo se debe a la monotonía y a la repetición. Dejo un párrafo que habla sobre ello:
"Entre tanto el tiempo corría, su latido silencioso mide cada vez más precipitado la vida, no podemos parar ni un instante, ni siquiera para una ojeada hacia atrás. «¡Párate! ¡Párate!», quisiéramos gritar, pero comprendemos que es inútil. Todo huye, los hombres, las estaciones, las nubes; y de nada sirve agarrarse a las piedras, resistir en lo alto de un escollo; los dedos cansados se abren, los brazos se aflojan inertes, nos arrastra de nuevo el río, que parece lento pero jamás se para. 

Día tras día Drogo sentía aumentar esta misteriosa ruina, y en vano trataba de contenerla. En la vida uniforme de la Fortaleza le faltaban puntos de referencia y las horas se le escapaban de entre los dedos antes de que consiguiera contarlas. 

Estaba además la secreta esperanza por la que Drogo dilapidaba la mejor parte de su vida. Para alimentarla sacrificaba a la ligera meses y meses, y nunca bastaba. El invierno, el larguísimo invierno de la Fortaleza, no fue sino una especie de pago a cuenta. Terminado el invierno, Drogo seguía esperando."



Una canción:
En la novela, un caballo que aparece en el desierto romperá la monotonía del protagonista y avivará sus esperanzas... así que ahí va una canción sobre un caballo que atraviesa el desierto: "A horse with no name" de América. Se trata de una canción que apareció en el álbum América editado en 1972. Es el primer sencillo y también el tema más famoso del grupo. 


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