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miércoles, 14 de julio de 2021

Ensalada de calabacín con aliño de yogur

 En la página web de "El comidista" hay una buena colección de ensaladas y una de ellas, con alguna pequeña variación, la he hecho ya varias veces este verano. 

La  ensalada "ilustrada" clásica está muy bien, pero se pueden hacer también con verduras que habitualmente usamos de otra forma. El plato que traigo hoy es ejemplo de ensalada resultona y original. Está elaborada con calabacín en dos texturas.

Es un poco laboriosa porque hay que cortar el calabacín en rodajas finas pero si tienes una mandolina te va a facilitar las cosas. 

La receta es un poco a ojo.


Ingredientes: 

  • 2 o 3 calabacines medianos. 
  • Rúcula y canónigos.
  • 1 vaso de yogurt natural sin azúcar.
  • Avellanas tostadas.
  • Una limón.
  • Hierbas provenzales secas.
  • Aceite de oliva.
  • Sal.
  • Pimienta.
Elaboración:
  1. Limpiamos y secamos los calabacines.
  2. Con un cuchillo bien afilado o con una mandolina cortaremos los calabacines en rodajas de 1 o 2 mm de grosor.
  3. Mezclamos el yogur con el zumo de medio limón, aceite, sal, pimienta y las hierbas provenzales
  4. La mitad del calabacín lo vamos a saltear con aceite en una sartén grandota en varias tandas. Las doraremos un poco pero no tienen que quedar muy blandas. 
  5. En un cuenco pondremos las láminas de calabacín crudas, la rúcula y los canónigos y los calabacines salteados. Pondremos sal y revolveremos todo con cuidado. 
  6. Servimos en los platos y agregamos por encima la salsa y las nueces cortadas a trocitos.

Un relato corto:
Como la ensalada es ideal para el verano he pensado en un relato que cuenta un suceso breve durante un cálido día estival. 

El cuento se titula "En lo alto para siempre" aparece en una colección de relatos que se titula "Entrevistas breves con hombres repulsivos" de David Foster Wallace. Se publicó en 1999.

El relato habla del paso de la adolescencia a la edad adulta. Del inmenso salto que se abre y del miedo a afrontarlo, del paso inexorable del tiempo. La primera vez que lo leí también pensé, por la atmósfera que crea y la incertidumbre del final que podría tratarse de un suicidio. No sé. A mí me quedó una sensación de desasosiego. 

Si metéis el nombre del cuento en Internet lo podréis leer completo.
"Estar aquí en lo alto comporta visiones y olores. Los olores son íntimos, recién blanqueados. Es ese peculiar aroma floral de la lejía, pero de su interior emanan otras cosas hacia ti como una nieve sembrada de hierba. Notas un olor intenso a palomitas amarillas. A un aceite dulce y tostado como el de los cocos calientes. Deben de ser perritos calientes o maíz tostado. Un rastro diminuto y cruel de Pepsi muy oscura en vasos de papel. Y ese olor especial a toneladas de agua emanando de toneladas de piel, elevándose como el humo de un baño reciente. Calor animal. Desde lo alto es más real que nada. 
Míralo. Puedes verlo todo en toda su complejidad, azul y blanco, marrón y blanco, bañado en un destello acuoso de color rojo cada vez más intenso. Todo el mundo. Esto es lo que la gente llama una vista. Y sabías que desde abajo no te podía parecer que estuvieras tan alto aquí arriba. Ahora ves qué alto te encuentras. Sabías que desde abajo no se puede saber."

Una canción:

Por lo que he leído, a David Foster Wallace le gustaba el rap. Escribió un  ensayo con un compañero que se titulaba "Ilustres raperos. El rap explicado a los blancos". No lo he leído. Tampoco escucho Rap, la verdad. La única canción con Rap que escucho de vez en cuando es "Un lazo rojo, un agujero" de Coque Malla en colaboración con Kase O, eso sí, esta canción me encanta. 

"Un lazo rojo, un agujero" pertenece al álbum ¿Revolución? de 2019.



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