Lasaña a la boloñesa
agosto 10, 2018
Hoy traigo un clásico italiano: Lasaña a la Boloñesa.
A mis hijos les encanta la lasaña pero hago muy pocas veces, normalmente en ocasiones especiales porque es un plato de los que requieren tiempo. Aunque con las láminas precocinadas la verdad es que se facilitan mucho las cosas y el resultado es muy bueno. Por lo menos en mi casa les parece muy rica.
- Un paquete de hojas de lasaña precocinada.
- Queso Parmesano.
- 800 g de carne picada, mitad de cerdo y mitad de ternera.
- 1 cebolla y media.
- 1/2 rama de apio.
- 2 zanahorias.
- Un chorrito de coñac.
- 4 cucharadas de aceite de oliva.
- 1 hoja de laurel.
- 1/4 de cucharada de albahaca seca.
- 1k de tomate crudo triturado (en mi caso Milbona de Lidl).
Salsa bechamel:
- 50 g de mantequilla.
- 3 cucharadas de harina.
- Unos 500 ml de leche entera.
- Sal, pimienta y nuez moscada.
Salsa boloñesa de carne:
- Troceamos la cebolla, el apio y las zanahorias.
- Ponemos aceite en una cacerola grande y sofreimos la cebolla, el apio y la zanahoria. Cuando se ablanden un poco añadiremos la carne picada. Salpimentaremos.
- Agregaremos un chorrito de coñac, daremos vueltas y dejaremos que se evapore.
- Cuando esté bien sofrita la carne añadiremos el tomate triturado junto con el laurel y la albahaca.
- Dejaremos que cueza a fuego lento durante una hora.
- Pondremos en una cacerola la mantequilla.
- Cuando se derrita la mantequilla le agregaremos la harina. Removemos y dejaremos que la harina absorba toda la mantequilla.
- Añadimos la leche fría, coceremos la salsa a fuego lento y removiendo con unas varillas constantemente para que no se formen grumos.
- Es preferible poner bastante leche y que se vaya espesando a base de cocer, así quedará mucho más cremosa. Tiene que quedar algo espesa pero no en exceso.
Montaje:
- En una fuente para el horno colocaremos una capa de carne, sobre ella las láminas de lasaña y encima una capa de bechamel.
- Repetimos: carne, pasta y bechamel.
- Pondremos una capa fina de queso Parmesano rallado por encima.
- Calentaremos el horno a 190ºC y coceremos la lasaña unos 35 o 40 minutos.
Una novela:
Estoy leyéndome una novela autobiográfica de Mary Karr. Esta escritora cuya infancia transcurre en los años 60 entre Texas y Colorado junto a una familia nada convencional. Este libro se publicó en 1995 y fue un bombazo. Le gustó tanto al público como a la crítica y recibió muchos premios. Creo que esta fama es merecida porque Mary Karr tiene cosas muy cosas interesantes que contar y las cuenta muy bien.
Pongo este libro porque la lasaña era el plato preferido de Mary cuando era pequeña. Menudo fichaje estaba hecha Mary, por cierto.
Pongo este libro porque la lasaña era el plato preferido de Mary cuando era pequeña. Menudo fichaje estaba hecha Mary, por cierto.
Pero mamá había metido una lasaña en el horno en mi honor, mi olor preferido del mundo entero. Y, además, estaba enfrascada jugando con unos viejos prismáticos del ejército que papá me había regalado esa misma mañana.Abrí la mosquitera de la puerta trasera y me los llevé a la altura de los ojos. A través de los listones de nuestra cerca distinguí a Mickey Heinz sentado de rodillas en el jardín de al lado, jugando con el volquete en la tierra. Yo era incapaz de ver a Mickey sin que me diera un vuelco el corazón. Un día le hice fumarse un cigarrillo hecho con Nesquik y liado con un pañuelo de papel. Le quemó la lengua. De hecho, le salió tal ampolla que Mickey salió corriendo para enseñársela a su madre, sin tener en cuenta que tanto ella como el resto de su familia pertenecían a una de esas sectas que condenan el alcohol, el tabaco y el baile. La señora Heinz le dio una azotaina tremenda con un cepillo del pelo. Nosotras lo oímos todo agachadas debajo de la ventana del baño de los Heinz: el pam-pam del cepillo de plástico contra el culito adiposo de Mickey, y sus alaridos de hiena.
Aquella mañana de enero miraba a Mickey por los prismáticos que había recibido por mi cumpleaños y me planteaba la posibilidad de presentarme en su jardín y convencerlo para que jugáramos al escondite, para luego volver a mi casa y ver cómo él me buscaba hasta que empezara a gimotear.
Una canción:
En la novela se cuenta que la madre de Mary Karr cruzó una vez su mirada con la de Marlene Dietrich. Según su madre, "Tenía los ojos más tristes del mundo". Así que voy a poner una canción triste como los ojos de la Dietrich.
Es una de las muchas versiones que se han hecho de la tristísima canción de Jacques Brel "Ne me quitte pas". Bitte geh nicht fort, gentileza de Marlene Dietrich,
En la novela se cuenta que la madre de Mary Karr cruzó una vez su mirada con la de Marlene Dietrich. Según su madre, "Tenía los ojos más tristes del mundo". Así que voy a poner una canción triste como los ojos de la Dietrich.
Es una de las muchas versiones que se han hecho de la tristísima canción de Jacques Brel "Ne me quitte pas". Bitte geh nicht fort, gentileza de Marlene Dietrich,
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