Espaguetis con calabacín y champiñones
abril 30, 2019
Esta receta la comí en casa de mi madre hace unos años, no la debió hacer muchas veces porque ella ni la recordaba cuando le pregunté. Total, que le he puesto lo que me ha parecido. El resultado es bueno así que la cuelgo para que no se me olvide a mí también. Escribir un blog tiene esa ventaja, sirve para tener las recetas guardadas y organizadas. Al hace la comida suelo improvisar, así que, aunque el resultado sea bueno, a la vuelta de poco tiempo he olvidado cómo lo hice.
Un plato de pasta con bastante verdura así que el resultado no es demasiado clórico. Me diréis, pues con la nata y el queso, ligerito no es. Bueno, tened en cuenta que es un plato muy saciante y no tendréis ganas de picar en unas horas, así que una cosa compensa lo otro.
Lo de presentar la pasta formando "nidos" se lo he visto a varias "instagramers". A ellas les quedaba muy bien en la foto y por eso lo he copiado, pero ya os digo que en casa sirvo los espagueti bien revueltos con la salsa y tal como caen. Igual si tenéis invitados a comer y queréis algo original os decantéis por este look spaguetil. Bueno, ahí queda.
Ingredientes
Para 4 personas.
- 400 g de espagueti, si son integrales mejor.
- 1/2 cebolla mediana.
- 1 calabacín.
- 8/10 champiñones.
- 2 ajos.
- 150 g de nata para cocinar.
- Queso parmesano para rallar por encima.
Elaboración:
- Sofreímos el ajo y cuando se dore un poco añadimos la cebolla. Dejamos que se haga hasta que se ablande.
- Agregamos el calabacín a rodajas y lo dejamos unos minutos en la sartén pero dejando que quede al dente.
- Mientras sofreímos la verdura cocemos los espagueti.
- Incorporaremos los espagueti a la sartén de la verdura, añadiremos la nata y dejaremos unos minutos que se impregnen bien.
- Cuando los sirvamos les pondremos queso rallado por encima.
Una película:
Estoy muy poco inspirada para relacionar las recetas así que voy a ir a lo sencillo.
La última película que he visto en el cine ha sido "Mula" dirigida y protagonizada por Clint Eastwood. Me gustó bastante. No es lo mejor que ha dirigido, pero es disfrutable. Tiene golpes divertidos y el toque ese blandico que le suele dar a sus películas.
Eastwood se convierte en la mejor "mula" de unos narcotraficantes.
Una novela:
Y hablando de narcotráfico. Hace unos cuantos años leí "El poder del perro", best seller escrito por Don Winslow y publicado en 2005. Es una de las novela más salvajes y adictivas que han caído en mis manos, eso sí, como la vida misma oigan. En una reseña que escribí del libro copié un párrafo publicado aquel mismo día en un periódico digital. Era la noticia de unos asesinatos cometidos en México relacionados con el mundo de la droga. Ese párrafo podía haber pertenecido a la novela.
Es tan creíble lo que cuenta el escritor sobre los tentáculos que extiende el narcotráfico implicando a a la CIA, al pentágono, al Vaticano y yo qué sé a cuantas organizaciones más, que terminas medio emparanoyada.
El prólogo empieza así:
Estoy muy poco inspirada para relacionar las recetas así que voy a ir a lo sencillo.
La última película que he visto en el cine ha sido "Mula" dirigida y protagonizada por Clint Eastwood. Me gustó bastante. No es lo mejor que ha dirigido, pero es disfrutable. Tiene golpes divertidos y el toque ese blandico que le suele dar a sus películas.
Eastwood se convierte en la mejor "mula" de unos narcotraficantes.
Y hablando de narcotráfico. Hace unos cuantos años leí "El poder del perro", best seller escrito por Don Winslow y publicado en 2005. Es una de las novela más salvajes y adictivas que han caído en mis manos, eso sí, como la vida misma oigan. En una reseña que escribí del libro copié un párrafo publicado aquel mismo día en un periódico digital. Era la noticia de unos asesinatos cometidos en México relacionados con el mundo de la droga. Ese párrafo podía haber pertenecido a la novela.
Es tan creíble lo que cuenta el escritor sobre los tentáculos que extiende el narcotráfico implicando a a la CIA, al pentágono, al Vaticano y yo qué sé a cuantas organizaciones más, que terminas medio emparanoyada.
El prólogo empieza así:
El bebé está muerto en brazos de su madre.
A juzgar por la forma en que yacen los cuerpos (ella encima, el bebé debajo), Art Keller deduce que la mujer intentó proteger al niño. Debía de saber, piensa Art, que su cuerpo blando no podría detener las balas (de rifles automáticos, desde esa distancia), pero el movimiento debió de ser instintivo. Una madre interpone el cuerpo entre su hijo y quien quiere hacerle daño. Así que se dio la vuelta, se retorció cuando las balas la alcanzaron, y después cayó sobre su hijo.
¿De veras creía que podría salvar al niño? Tal vez no, piensa Art. Tal vez no quería que el niño viera surgir la muerte del cañón del arma.
Tal vez quería que la última sensación del niño en este mundo fuera la de su pecho. Envuelto en amor.
Art es católico. A los cuarenta y siete años de edad, ha visto montones de madonnas. Pero ninguna como esta.
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