Anchoas al horno
octubre 19, 2021Siempre he hecho las anchoas con vinagre y me apetecía probar con el horno porque es una forma sencilla, rápida y bastante ligera de comerlas. El resultado me gustó tanto que esta receta se ha quedado en el repertorio de habituales de mi casa.
Muy fáciles de hacer y muy ricas. No se puede pedir más.
Los ingredientes son un poco a ojo.
- 1k de anchoas ( o kilo y medio si sois de muy buen comer.
- 2 limones.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal y pimienta.
- Perejil.
- Limpiaremos las anchoas y les quitaremos la espina.
- En una bandeja para horno pondremos papel vegetal.
- Dispondremos las anchoas abiertas sobre el papel.
- Añadiremos a la bandeja el zumo de un limón.
- Salpimentaremos y añadiremos un chorrito de aceite por encima de las anchoas.
- Hornearemos a 200º C con aire o calor arriba y abajo durante unos 12 o 13 minutos.
- Haremos una vinagreta con zumo de un limón, un par de cucharadas o tres de aceite de oliva y perejil bien troceado.
- Rociaremos las anchoas con la vinagreta al tiempo de servirlas.
Un libro:
Como hay muy buenas anchoas por el norte de España os propongo una trilogía de libros cuyo protagonista masculino es de Bilbao. Es un policía grandote, no es que esté gordo.
Reina Roja, Loba Negra y Rey Blanco están protagonizados por Antonia Scott y Jon Gutiérrez. Son unos libros muy, muy entretenidos. Supongo que a la mayoría de sus lectores y me incluyo, nos encanta Jon, un policía que su creador define en una entrevista como cariñoso, responsable, bocazas, metepatas, protector...
El autor de estas novelas se llama Juan Gómez Jurado y, además de por su obra literaria, lo conozco porque es el co-creador de unos podcast muy divertidos que escucho. Los podcast son "Todopoderosos" y "Aquí hay dragones". Si queréis desconectar y pasar un buen rato no os perdáis ni las obras de Juan Gómez Jurado ni sus podcast.
Así se presenta a Jon Gutiérrez en la primera novela:
"A Jon Gutiérrez no le gustan las escaleras.
No es una cuestión de estética. Son antiguas (el edificio es de 1901, se ha fijado al entrar), crujen y están hundidas por el centro después de ciento diecinueve años de uso, pero son firmes, están bien cuidadas y barnizadas. Hay poca luz, y las bombillas de 30w que cuelgan del techo sólo sirven para hacer las sombras más densas. Por debajo de las puertas, a medida que va subiendo, se escapan voces extranjeras, olores exóticos, músicas extrañas de extraños instrumentos. Al fin y al cabo, estamos en Lavapiés, es domingo por la tarde y se acerca la hora de cenar.
Nada de todo esto le molesta a Jon de las escaleras, porque Jon está acostumbrado a lidiar con cosas del siglo pasado (vive con su madre), con lugares oscuros (es gay) y ciudadanos extranjeros dudosos y en dudosa situación (es inspector de policía).
Lo que a Jon Gutiérrez le jode de las escaleras es tener que subirlas."
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