Tarta de calabaza (Pumpkin pie)

octubre 31, 2021

Si sois de los que celebran Halloween con toda la parafernalia seguro que tendréis calabazas decoradas y tal vez no sepáis qué hacer con el relleno. Os propongo una tarta que en EEUU preparan muchas familias para la noche de Halloween, Acción de Gracias y Navidad. Hemos visto suficientes series y películas americanas para conocer este pastel y haber deseado probarlo.
Este año mi padre ha sembrado calabazas naranjas, no las que se usan para decorar, sino las tipo cacahuete que encontramos casi todo el año en las tiendas. 

De momento no he dado con una receta salada que me guste lo suficiente para colgarla en el blog, sin embargo la Pumpkin pie me ha gustado tanto que hice el viernes para cenar y ayer hice otra para mis compañeros del hospital. Esta última la decoré con murciélagos, como siempre que hago un dulce en estas fechas, esta vez me ha quedado más decente que la Horrortarta que hice el año pasado, aunque aquella estaba bastante rica también. Hace unos años dije que no me gustaba demasiado esta celebración, pero lo cierto es que divierte hacer dulces para Halloween, unas veces han quedado más logrados que otros, pero siempre me lo he pasado bien haciéndolos. 

Y otra cosa que me gusta es tener una excusa para leer libros o relatos de fantasmas. Este año estoy leyendo una joyita. Luego os lo cuento. 

La receta es de Joy of baking.  



Ingredientes: Para un molde de unos 20 cm

Masa:
  • 175 g de harina blanca normal.
  • Unos 2 g de sal.
  • 1 cucharada de azúcar blanquilla.
  • 115 g de mantequilla fría cortada a dados.
  • 3 o 4 cucharadas de agua muy fría.
Relleno:
  • 40 g de nueces tostadas.
  • 3 huevos tamaño XL.
  • 430 g de puré de calabaza.
  • 120 ml de nata para montar.
  • 100 g de azúcar moreno.
  • 1 cucharadita colmada de canela.
  • 1/2 cucharadita de jengibre molido.
  • Un poco de nuez moscada rallada.
  • Dos clavos de olor molidos.
  • Unos 2 g de sal. 
Elaboración:

Masa:
  1. Yo la he hecho en una picadora (la de Lidl) pero se puede hacer a mano.
  2. En un bol colocamos la harina, la sal y el azúcar, removemos bien.
  3. Agregamos la mantequilla fría a cubos y la integramos con golpes de picadora o con los dedos hasta que nos quede un arenado.
  4. Agregamos 3 o 4 cucharadas de agua que habremos tenido con cubitos de hielo. Amasaremos hasta que quede una bola pero no trabajaremos demasiado la masa. Estiraremos la masa en forma de círculo, lo cubriremos con papel film y lo llevaremos 1 hora a la nevera.
  5. Trascurrida una hora sacamos la masa de la nevera y la estiramos hasta que se haga de unos 23 cm. Con ayuda del rodillo la levantaremos y la dispondremos sobre el molde. Con ayuda de los dedos aplanaremos los laterales para cubrir bien todo el molde.           
  6. Cortaremos lo que sobre de forrar la tarta y doblaremos los bordes hacia el molde como se ve en la fotografía. Adornaremos el borde presionando con los dedos. 
  7. Machacaremos las nueces no demasiado finas y las colocaremos sobre el fondo de la masa apretando para que se peguen bien.
  8. Meteremos la masa a la nevera mientras hacemos el relleno.

Relleno:
  1. Precalentaremos el horno a 190º con calor arriba y abajo.
  2. En un bol batiremos los huevos con el azúcar y las especias. 
  3. Añadiremos la nata líquida y removeremos bien hasta que se integre todo.
  4. Sacaremos la masa de la nevera y echaremos el relleno pero sin llegar al borde porque sube en el horno y se os puede salir( a mí me ha sobrado un poco).


Coceremos la tarta durante 1 hora si el  molde es de 20cm. Si es más grande tendréis que dejarla menos tiempo. Podéis comprobar si el relleno está hecho introduciendo en el centro un palillo. Tiene que salir limpio.

Con la masa sobrante podemos hacer figuras para adornar cociendo la masa y horneándola unos 10 minutos a 190º también.
Se sirve a temperatura ambiente. Está muy rica sola, pero con helado de vainilla está todavía mejor.




Un cuento:
Me gusta muchísimo Edith Wharton. Una mujer adelantada a su tiempo que retrató magistralmente la sociedad de su época, sobre todo la de las clases acomodadas, a la que pertenecía.
He leído unas cuantas de sus novelas y algunos cuentos, pero no me había acercado a sus relatos de fantasmas. 

Edith, como cuenta en su biografía, estuvo a punto de morir de fiebre tifoidea cuando era una niña. Cuando todavía no se había restablecido leyó un cuento de ladrones que le dejaron unos amigos. Fue tal la impresión que sufrió que tuvo una recaída. Desde aquel momento y hasta que fue adulta le acompañó un miedo a algo indefinido. Ese miedo lo plasmaría más tarde en estos relatos de fantasmas.

Todavía no he acabado el libro, pero uno de los relatos que he leído, y que fue el último que escribió pocos meses antes de morir, se titula "El día de difuntos" (1932), así que me viene de perlas para hoy.

Nos encontramos a una mujer de unos  años con el tobillo roto. Se despierta en medio de las primeras horas del amanecer, sus sirvientes no responden a su llamada. Se encuentra sola en una casa rodeada por la nieve...
"La ancha escalera de roble estaba hermosamente pulimentada, y tan resbaladiza que tuvo que agarrarse a la barandilla y dejarse deslizar peldaño a peldaño. Y a medida que descendía, el silencio bajaba con ella; más pesado, más denso, más absoluto. Parecía sentir sus pasos detrás de ella, siguiendo suavemente el ritmo de los suyos. Poseía una calidad que ella jamás había notado en ningún otro silencio, como si no se tratase meramente de una ausencia de ruido, una tenue barrera entre el oído y el murmullo que brotaba de la vida al otro lado, sino de una sustancia impenetrable que impusiese la cesación mundial de toda vida y todo movimiento:"

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