Tosta de aguacate y huevo
enero 27, 2019
Las tostas de aguacate con huevo se han puesto de moda y no me extraña porque están buenísimas. Desde que la probé se ha convertido en una de mis cenas preferidas.
Algunas veces la hago con pan de trigo integral y otras, como la de la foto, con unas tostadas de pan de centeno integral que venden en Lidl (sin azúcares, ni grasas, ni aditivos).
Hay mucha gente que se toma esta tosta para desayunar, que tampoco es mala idea. Y se me ocurre que si usáis una tostada pequeña y colocáis encima un huevo de codorniz serviría para canapé.
Hoy la he acompañado con unos pepinillos y unas olivas negras muy ricas que hizo el marido de una amiga mía. ¡Gracias, Carmelo! :)
Ingredientes:
Para una tosta.
- Una tostada de pan de centeno integral.
- 1/4 de aguacate.
- 1 nuez.
- 1 huevo.
- Sal, pimienta y pimentón dulce.
Elaboración:
- Cortamos el aguacate en rodajas finas o lo chafamos sobre la tostada.
- Colocamos trocitos de nuez sobre el aguacate y pimentón dulce por toda la superficie (si os gusta).
- Hacemos el huevo a la plancha, procurando que la yema quede blanda, y lo ponemos encima.
- Salpimentamos.
Una canción:
Una canción de buenas noches para una cena perfecta.
"Goodnight sweetheart, goodnight" es una canción de The Spaniels que da nombre a un álbum editado en 1958.
Un cuento:
Y ya que hablamos de cenas y noches os propongo un cuento de Stephen King que aparece en recopilatorio "El umbral de la noche". Hay un cuento que lleva en el título "maíz" y no "centeno" como mi tosta, pero me va a servir igual.
Los chicos del maíz es un cuento del que se hizo una película que dejó poca huella en mí, la verdad. Tendría que verla de nuevo para opinar, pero me temo que no haya envejecido demasiado bien.
Si hay algo que da miedo es un niño malvado, y es una de los elementos de los que se sirve King para aterrorizarnos. También utiliza el fanatismo religioso, tema que aparece en otras novelas de este escritor.
Él se volvió bruscamente para mirar a Vicky y lo que sostenía en la mano. Vicky
contemplaba absorta el objeto. Sus manos lo habían palpado, al hurgar el fondo de la
maleta, y lo habían extraído mientras hablaba. Burt detuvo el coche para inspeccionarlo
mejor. Ella se lo entregó en silencio.
Era un crucifijo confeccionado con vainas de maíz retorcidas, en otra época verdes y
ahora secas. Una mazorca de maíz enano estaba atado a ellas con barbas de maíz
entretejidas. La mayoría de los granos habían sido cuidadosamente extirpados,
probablemente de uno en uno, con un cortaplumas. Los granos restantes formaban una
tosca figura cruciforme en un altorrelieve amarillento. Ojos de granos de maíz, con sendos
cortes transversales que sugerían las pupilas. Brazos estirados de granos de maíz, las
piernas juntas, terminando en un grosero simulacro de pies desnudos. Arriba, cuatro letras
también talladas en el zuro blanco como un hueso: I.N.R.I.
—Es una fantástica obra de artesanía —comentó él.
—Es abominable —respondió Vicky, con voz apagada y tensa—. Tíralo.
—Vicky, es posible que la Policía quiera verlo.
—¿Por qué?
—Bien, no sé por qué. Quizá...
—Tíralo. ¿Quieres tener la gentileza de hacerme ese favor? No lo soporto en el coche.
—Lo dejaré atrás. Y apenas hayamos hablado con la Policía, nos libraremos de él, de
una manera u otra. Te lo prometo. ¿De acuerdo?
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