Mermelada de tomate y pétalos de rosas
septiembre 04, 2016
Cuando vi en Canal Cocina la receta que traigo pensé que merecía la pena hacerla aunque solo fuera por las fotografías con las que podía acompañarla. Durante los días que estuve en el pueblo recogí pétalos de rosa, los puse a secar al sol y los usé en cuanto volví a casa.
Estoy bastante contenta con el resultado porque la mermelada está rica. Sabe como la de tomate pero con un sutil toque a rosas que la hace un pelín exótica, por decirlo de alguna forma. La receta es de origen marroquí y Najat Kaanache, la cocinera que la hizo en la tele, usó la mermelada (ella la llama compota) para acompañar unas albóndigas de carne. En casa nos la estamos comiendo con queso de cabra tipo rulo y le va muy bien.
No trituréis la mermelada con la batidora porque tiende a amargar.
No trituréis la mermelada con la batidora porque tiende a amargar.
Creo que las fotos han quedado guapas.
Ingredientes:
- 400 g de tomate pelado, sin pepitas y escurrido.
- 200 g de azúcar blanquilla.
- 100 ml de zumo de granada.
- 15 g de pétalos de rosas secos.
Elaboración:
- Colocaremos en una cacerola ancha (para facilitar la evaporación) el tomate limpio y escurrido junto con el azúcar y el zumo de granada. Cuando empiece a caramelizar añadiremos los pétalos de rosa troceados y dejaremos que cueza durante media hora.
- Llenaremos un bote de conserva previamente esterilizado (o lavado en lavavajillas a temperatura elevada). Cerraremos herméticamente el bote y dejaremos que se enfríe boca abajo. Lo conservaremos en la nevera hasta que la usemos (no tardaremos mucho porque no está tratada para que se conserve).
Un libro:
No he leído ninguna novela marroquí así que tengo que la asociación con la receta va a tener que ir por otro camino.
Tratándose de rosas la primera novela que se me ocurre es "El nombre de la rosa". Este libro se publicó en 1980 y fue la primera obra de ficción que escribió el filósofo Umberto Eco, además se trata de uno de los superventas más grande del siglo pasado. Está ambientada en una abadía católica durante el siglo XIV. Se trata de una historia de misterio, pero principalmente habla sobre el miedo al conocimiento y la censura del saber.
A la novela llegué después de ver su versión cinematográfica y me gustó mucho, aunque confieso que algunos pasajes me resultaron un poco arduos.
"Era una hermosa mañana de finales de noviembre. Durante la noche había nevado un poco, pero la fresca capa que cubría el suelo no superaba los tras dedos de espesar. A oscuras, en seguida después de laudes, habíamos oído misa en una aldea del valle. Luego, al despuntar el sol, nos habíamos puesto en camino hacia las montañas.
Mientras trepábamos por la abrupta vereda que serpenteaba alrededor del monte, vi la abadía. No me impresionó la muralla que la rodeaba, similar a otras que había visto en todo el mundo cristiano, sino la mole de lo que después supe que era el Edificio. Se trataba de una construcción octogonal que de lejos parecía un tetrágono (figura perfectísima que expresa la solidez e invulnerabilidad de la Ciudad de Dios).
(...) Me sentí amedrentado, presa de una vaga inquietud. Dios sabe que no eran fantasmas de mi ánimo inexperto, y que interpreté correctamente inequívocos presagios inscritos en la piedra el día en que los gigantes la modelaran, antes de que la ilusa voluntad de los monjes se atreviese a consagrarla a la custodia de la palabra divina."Un película:
Como he comentado antes, primero fue la película y luego la novela. Normalmente me ocurre lo contrario porque prefiero leer la novela primero para que no me la destripe la película.
El libro fue un éxito de ventas tan grande que casi tenía asegurado también el bombazo cinematográfico. En 1986 varias productoras europeas y el director Jean Jacques Annaud decidieron llevar a la pantalla esta novela detectivesca ambientada en una abadía de los Apeninos. Una de las claves de su éxito se debió a la elección de Sean Connery para interpretar al monje franciscano Guillermo de Baskerville, aunque todos los actores están magníficos.
2 comentarios
No soy Pedro Serres, soy su esposa Aida de Serres. Me fascina el programa de cocina marriqui, es espectacular cada receta que presenta la Chef. Esta receta en particular me tiene deslumbrada, fascinada, pronto la haré. La que está hecha y expuesta antes, se ve divina felicitaciones.
ResponderEliminarHola, Aída.
EliminarGracias por pasarte por el blog y dejar un comentario. A mí me gusta mucho también el programa de recetas marroquíes y ya he hecho unas cuantas recetas. Como a ti me llamó la atención esta mermelada y este verano voy a guardar más pétalos de rosa para hacer más conserva. El año pasado solo hice un bote para probar pero me gustaría que este año me quede mermelada para la cena de Navidad. Lo único que haré diferente es cortar más finos los pétalos, incluso puede que la mitad de la preparación la triture.
Un abrazo :)