Boniato con garbanzos

febrero 02, 2020

Si os gusta combinar el sabor dulce con el salado y las especias, aquí tenéis una buena receta. Si no os va el sabor tan dulce del boniato podéis hacerla con patata asada, seguro que queda muy buena también.

Como casi todas las recetas saladas que hago, la cantidad de los ingredientes van a ojo. Pongo los ingredientes para cuatro personas, pero sobran garbanzos. No muchos, pero sobran.

Es un apaño de cosas que había en la nevera y la despensa. Garbanzos de bote. Boniato y pimientos  que había asado un par de días antes y estaba esperándome en la nevera. Es un plato de batchcooking.

La salsa es una mezcla que hace mi marido con guacamole y mostaza de Dijon, le da un toque fresco y con un puntillo de acidez que le va muy bien. Respecto a las especias, poned las que más os gusten y adelante. El día que hice este plato no tenía perejil fresco, le habría venido bien. Le puse en polvo, pero no es lo mismo.



Ingredientes:
  • 2 Boniatos.
  • 1 Bote grande (unos 400g) de garbanzos cocidos.
  • 2 Ajo.
  • Especias: pimienta, cúrcuma, comino y jengibre. 
  • Salsa
    • Guacamole (de hacendado o de Carrefour). Si no tienes ponle aguacate y cebolla.
    • Mostaza a l´ancienne. 
  • Aceite de oliva y sal.
  • Para acompañar:
    • Pimiento asado para acompañar.
    • Perejil.


Elaboración: 
  1. Asaremos los boniatos en el microondas hasta que estén tiernos.
  2. En una sartén con aceite sofreímos ajo y añadimos los garbanzos con las especias y la sal. Les daremos unas vueltas.
  3. Partimos los boniatos por la mitad y con un tenedor romperemos un poco la carne para que podamos aliñarlos mejor. Salpimentaremos.
  4. Colocaremos unos garbanzos sobre el boniato y los introduciremos un poco.
  5. Mezclaremos mostaza con guacamole.
Una novela y su adaptación teatral
Este maridaje, como va siendo habitual, no tiene nada que ver con la receta, pero es que ayer estuve en el teatro viendo "Cinco horas con Mario" y tenía que contarlo porque me encantó.

En 2º de BUP tenía un buen profesor de literatura, de los que te hacen disfrutar de las clases y te animan a leer, aunque yo no necesitaba que me animaran demasiado porque ya era una parte muy importante de mi vida. Se llamaba Vicente Clemente o Clemente Vicente,  no estoy segura. El caso es que nos leía en clase párrafos de novelas y lo hacía muy bien. Un día le tocó el turno a "Cinco horas con Mario". Eligió un párrafo divertido, obviamente no lo recuerdo, y lo leyó de tal forma que me entraron muchas ganas de ver la adaptación al teatro. Por unas cosas o por otras no la había visto todavía. No estoy segura pero creo que ya van tres las veces que ha venido Lola Herrera a Zaragoza con ella. Tampoco he querido leer nunca la novela porque siempre he confiado en ver la obra de teatro.

Lola Herrera estuvo magnífica y el texto, aunque se sitúa a mediados de los años 60, sigue siendo actual en muchos aspectos. Miguel Delibes deja testimonio de la vida, de las preocupaciones y de la forma de hablar de la sociedad medio burguesa de provincias de aquellos años. También de las dos españas y de temas como la incomunicación en la pareja, de las frustraciones y sueños rotos, de la culpa...Es una obra disfrutable, no solo para alguien de mi generación, que vivió los coletazos de aquella época, sino también para mis hijos. 

Ha sido un lujo.
"Mira Encarna, tu cuñada es, ya lo sé, pero desde que murió Elviro ella andaba tras de ti, eso no hay quien me lo saque de la cabeza. Encarna tiene unas ideas muy particulares sobre los deberes de los demás, cari­ño, y ella se piensa que el hermano menor está obli­gado a ocupar el puesto del hermano mayor y cosas por el estilo, que aquí, sin que salga de entre nosotros, te diré que, de novios, cada vez que íbamos al cine y la oía cuchichear contigo en la penumbra me lleva­ban los demonios. Y tú, dale, que era tu cuñada, valiente novedad, a ver quién lo niega, que tú siempre sales por peteneras, con tal de justificar lo injustificable, que para todos encontrabas disculpas menos para mí, ésta es la derecha. Y no es que yo diga o deje de decir, cariño, pero unas veces por fas y otras por nefás, todavía estás por contarme lo que ocurrió entre Encarna y tú el día que ganaste las oposiciones, que a saber qué pito tocaba ella en ese pleito, que en tu carta, bien sobrio, hijo, "Encarna asistió a la votación y luego celebramos juntos el éxito". Pero hay muchas maneras de celebrar, me parece a mí, y tú, que en Fuima, tomando unas cervezas y unas gambas, ya, como si una fuese tonta, como si no conociera a Encar­na, menudo torbellino, hijo. ¿Pero es que crees que se me ha olvidado, adoquín, cómo se te arrimaba en el cine estando yo delante? Sí, ya lo sé, éramos solteros entonces, estaría bueno, pero, si mal no recuerdo, llevábamos hablando más de dos años y unas relacio­nes así son respetables para cualquier mujer, Mario, menos para ella, que, te digo mi verdad, me sacaba de quicio con sus zalemas y sus pamplinas. ¿Crees tú, que, conociéndola, estando tú y ella mano a mano, me voy a tragar que Encarna se conformase con una cer­veza y unas gambas? Y no es eso lo que peor llevo, fíjate, que, al fin y al cabo de barro somos, lo que más me duele es tu reserva, "no desconfíes", "Encarna es una buena chica que está aturdida por su desgracia", ya ves, como si una se chupase el dedo, que a lo mejor a otra menos avisada se la das, pero lo que es a mí... "

Resultado de imagen de cinco horas con mario tercera vez en zaragoza"      



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