Bizcocho de mascarpone y chocolate blanco
enero 25, 2014El Mascarpone lo he utilizado siempre para hacer Tiramisú, pero últimamente he visto en varios blogs recetas de bizcochos hechos con este queso. Navegando por el Google italiano he dado con un bizcocho al que, además del queso, le añaden chocolate blanco. Demasiado tentador como para no hacerlo.
El blog se llama Vale Cucina e Fantasia y promete ricette facili e veloci. ¡Hala, pues!
Es uno de los bizcochos más ricos que he comido, pero es mejor comerlo al día siguiente de hacerlo porque se aprecian mejor los sabores. En mi casa dicen que el sabor recuerda un poco a las mantecadas de Astorga o a los sobaos pasiegos.
Esta vez he utilizado rigurosamente las cantidades que indica el blog, lo único que he cambiado es que, en lugar de una cucharada de extracto de vainilla, he utilizado azúcar avainillado. También he cambiado un poco la forma de hacer el bizcocho y el tiempo de horneado.
¡Prometido, es molto buono, molto buono!
- 5 huevos.
- 250 g. de queso Mascarpone.
- 100 de chocolate blanco.
- 150 g. de azúcar blanco avainillado.
- 1 sobre de levadura Royal.
- 300 g. de harina normal.
- 40 g. de aceite de girasol.
- Azúcar glass para espolvorear por encima.
Elaboración:
Horno precalentado a 180º.
Ponemos papel de hornear en un recipiente y lo engrasamos un poco con aceite de girasol.
Batimos los huevos con una batidora de varillas hasta que aumenten tres veces su tamaño y estén bien espumosos. Añadimos el azúcar sin dejar de batir. Depués incorporamos el queso.
Tamizamos la harina junto con la levadura y se la añadimos al preparado anterior batiendo a menor velocidad.
Fundimos al baño María el chocolate blanco y, fuera del fuego, le incorporamos el aceite hasta que quede homogénea la mezcla, entonces la agregamos a la otra preparación.
Ponemos la mas en el molde y la dejamos hornear hasta que al pinchar con un tenedor salga limpio. En mi caso han sido 50 minutos, pero varía de un horno a otro. A partir de los 30/35 minutos hay que ir pinchando para ver cómo va.
Un libro:
He leído poca literatura italiana, pero uno de los libros que más recuerdo de mi infancia es precisamente italiano. "Corazón" de Edmondo De Amicis. En este libro está la historia de Marco, aquel que se marchó a buscar a su mamá a los Andes, pero no es esa historia la que más recuerdo. El capítulo que se me quedó grabado es uno en el que el narrador va con su padre a visitar a un viejo profesor. La verdad es que el libro está escrito para conmover, hacer llorar a jóvenes lectores y es moralizante, pero a mí en su día me gustó mucho.
Yo cierro los ojos y veo caras y más caras, clases tras clases, centenares y centenares de chicos, muchos de los cuales han desaparecido ya. De no pocos me acuerdo perfectamente. Me acuerdo bien de los mejores y de los peores, de los que me han proporcionado muchas satisfacciones y de quienes me han hecho pasar momentos tristes, porque de todo ha habido en la vida, como es fácil suponer. Pero ahora, ya lo comprenderás, es como si me encontrase en el otro mundo, y a todos los quiero igualmente.
Una canción:
Y bueno, si me preguntan por música italiana lo único que se me ocurre es la ópera, así que pondré un aria ...como si la ópera tuviera algo que ver con el Mascarpone, las vacas de mi tazón o el pobre Marco.
María Callas interpretando Casta Diva de Vicenzo Bellini, que fue su aria más emblemática. El aria es una invocación a la Luna.
-
- ¡Casta Diosa,
- Casta Diosa, que plateas
- estas sagradas, ancestrales plantas,
- a nosotros vuelves el bello semblante
- sin nubes y sin velos!
- Templa, oh, Diosa
- templa tú los corazones ardientes,
- templa de nuevo el celo audaz,
- Esparce sobre la tierra esa paz
- que reinar haces en el cielo.
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